Las empresas están preparadas para recopilar datos, pero no para protegerlos

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A apenas dos meses para la implantación de GDPR, solo el 22% de las empresas españolas utiliza tecnologías de encriptación para proteger datos de los clientes y apenas un 36% dice disponer de sistemas de alerta para avisar de una posible intrusión en sus sistemas que ponga en peligro estos datos.

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Con el fin de sensibilizar a las empresas que operan en la Unión Europea sobre las obligaciones del nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), la plataforma de emailing Mailjet ha llevado a cabo una encuesta para evaluar el nivel de cumplimiento con las principales obligaciones de este reglamento. Pues bien, entre las empresas españolas consultadas, el balance es bastante preocupante, con una calificación media de conformidad de 4,7 sobre 10.

A pesar del bajo nivel de cumplimiento con GDPR, el 90% de las empresas españolas contestaron que recopilan datos personales de sus clientes de forma habitual. Sin embargo, solo el 22% de las empresas utiliza tecnologías de encriptación para proteger correctamente estos datos, y apenas un 36% dice disponer de sistemas de alerta para avisar de una posible intrusión en sus sistemas que ponga en peligro estos datos, porcentajes similares a los obtenidos en otros países donde se realizó la encuesta.

Hasta ahora, prácticas como la recopilación de direcciones de correo electrónico en LinkedIn, o la suscripción automática a una newsletter para los contactos que se hubieran descargado una guía o un libro blanco gratuito eran técnicas habituales en disciplinas de marketing como el ‘growth hacking’. A partir de ahora, sin embargo, estas prácticas deberán ser abandonadas. Con la llegada del nuevo Reglamento, toda empresa que tenga clientes en la Unión Europea deberá obtener el consentimiento previo de cada uno de los destinatarios antes de recopilar su información personal, un punto en el que la mayoría de las empresas españolas aún suspenden. Los resultados revelan que solo el 44% de los encuestados pidió sistemáticamente permiso a sus clientes antes de ponerse en contacto con ellos, y tan solo el 13% permite fácilmente a los clientes la retirada del consentimiento para evitar seguir siendo contactados, un dato muy inferior a la media global.

"Es esencial distinguir entre las técnicas de 'spamming' y 'growth hacking'. En los últimos años, algunos han optado con demasiada facilidad por recopilar direcciones de email para enviar mensajes impersonales de forma masiva. Esto es spam, no es una técnica de growth hacking inteligente. Con la entrada en vigencia del GDPR, este tipo de malas prácticas se volverán oficialmente ilegales", comenta Alex Delivet, Head Growth Hacker de Mailjet.