España está a la cola de Europa en inversión tecnológica

Atomico ha presentado una nueva edición de su informe ‘State of European Tech’, cuyos hallazgos revelan que el estado de la tecnología europea en 2017 es el más sólido que haya existido. Europa está construyendo un ecosistema tecnológico a su propia imagen, definido por una profunda experiencia tecnológica, una gran diversificación geográfica y un enfoque de colaboración única con la industria tradicional. Los sólidos cimientos que se han establecido –un profundo grupo de talentos, fundadores con ambición global, y una creciente base de inversores- significa que Europa marcha a su propio ritmo. La probabilidad de que la próxima compañía que defina la industria pueda venir de Europa y convertirse en una de las compañías más valiosas del mundo nunca ha sido tan alta.

En relación con España, el informa coloca a nuestro país como el quinto destino de capital extranjero con 0,8 billones de dólares invertidos en 2017, y dentro del TOP 10 de destinos europeos en cuanto a movilidad tecnológica, concretamente en el quinto lugar. En cuanto a las principales ciudades europeas por capital invertido, Barcelona aparece en la cuarta posición, con 722 millones de dólares.

España también aparece en el sexto lugar en el ránking europeo de desarrolladores de blockchain, con 383 proyectos, y, en cuanto al desarrollo de esta tecnología, Madrid y Barcelona aparecen en el 6º y 10º lugar respectivamente. Madrid es además la cuarta ciudad europea por número de desarrolladores profesionales de tecnología, mientras que Barcelona es la tercera ciudad favorita para fundar startups, solo por detrás de Londres y Berlín. El salario medio de un ingeniero de software en Barcelona es de $40.800.

Europa es el hogar de la comunidad de investigación de IA (Inteligencia Artificial) más importante del mundo, un área en la que dos centros españoles se cuelan en el top 10, la Universidad de Granada y la Universitat Politecnica de Catalunya.

Pero no todos los datos son positivos. Cuando hablamos de fuga de talentos, España escala hasta el cuarto puesto, y en términos de capital invertido en tecnología per cápita, España está a la cola de Europa, con tan solo 14 dólares por cápita, mientras que Israel ronda los 300.