El gasto en infraestructura cloud en España crece a ritmos del 10%
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El gasto en infraestructuras cloud crece en España a un ritmo cercano al 10%, y el pronóstico es que se mantendrá así en los próximos tres años. En cambio, las partidas destinadas a infraestructura tradicional decrecerán en torno al 8% en el mismo periodo.
Como es lógico, España no es a la evolución hacia cloud computing como modelo tecnológico para el despliegue de sistemas, aplicaciones y cargas de trabajo. Lo acaba de confirmar IDC Research Spain en el informe “Sincronización del dato y el negocio en el escenario multicloud” que ha elaborado con IECISA y Veritas tras examinar la realidad de este mercado y realizar diversos encuentros ejecutivos con responsables TI de máximo nivel en diferentes ciudades españolas.
Según este informe, se va a producir una caída del gasto empresarial en infraestructura tradicional del 8,3%, al mismo tiempo que el de infraestructura cloud crecerá incluso por encima de esa cifra alcanzando un 9,8%. En este contexto, el informe sugiere que “uno de los retos que deben sortear las organizaciones es la gestión del escenario híbrido que surge ante la necesidad de consolidar la infraestructura hacia un modelo cloud”.
En este sentido, las organizaciones deben integrar una infraestructura cloud para habilitar el tratamiento del dato en condiciones de generar valor añadido para el negocio, de acuerdo con Emilio Castellote, analista senior de la firma. A su juicio, “la inversión en analítica del dato en España confirma el uso de un despliegue cloud como requisito imprescindible para poder generar un valor competitivo al margen del sector industrial que analicemos”.
Según pronostican los expertos, estos nuevos modelos de negocio centrados en el valor del dato y en su capacidad de explotarlo, adoptarán la nube como entorno de trabajo, y poco a poco irán desplazando las cargas de datos hacia el Cloud. “De momento, el reto de las organizaciones pasa por integrar la nueva forma de trabajo cloud entre el escenario privado y público. El siguiente paso será ir consolidando la información en un único repositorio, derivado del movimiento de cargas del escenario tradicional hacia el nuevo modelo de explotación cloud”, subraya Castellote.
Los nuevos modelos basarán su efectividad en la capacidad que tengan las empresas de consolidar los diferentes datos en un único repositorio, sobre el que aplicar un proceso de calidad previo a la explotación a través de múltiples algoritmos. “Adicionalmente, las organizaciones deberán reforzar la continuidad del negocio mediante el uso de herramientas que faciliten un movimiento de cargas de forma dinámica entre el escenario tradicional y cloud y que, sobre todo, pueda hacer frente a situaciones y posibles incidencias que afecten a la propia integridad del dato”, concluye Castellote.
El informe también destaca las siguientes conclusiones a las que llega a partir de las opiniones de los asistentes a los eventos organizados en Madrid, Barcelona y Sevilla, en los que se ha debatido acerca de la importancia del dato en el modelo de negocio digital.
Por un lado, las organizaciones españolas están adoptando la nueva forma de trabajo sobre cloud, si bien se prioriza el uso de cloud privado sobre el público. Esta nueva forma de trabajo será fundamental para consolidar la información y poder aplicar algoritmos de explotación más potentes en un futuro cercano.
Por otro, los diferentes proyectos de consolidación hacia cloud tienen muy presentes los niveles de seguridad del dato y aquellos mecanismos que puedan ayudar a salvar cualquier posible indisponibilidad del mismo. “Las empresas comienzan a contemplar el escenario multicloud como una forma de dotar de mayor disponibilidad a sus infraestructuras y datos”, sostiene.
Las prioridades, según este documento, pasan actualmente por un proceso de depuración y calidad del dato, tratando de evitar incidencias que entorpezcan la siguiente fase de explotación.
Además, las compañías demandan al sector un plan de acompañamiento, también mayor transparencia y divulgación de casos de uso que les permitan comprender con mayor rapidez los actuales cambios y, en el futuro, pedirán una mayor integración de servicios para poder reubicar recursos en la explotación del dato y no tanto en la operativa y el servicio de la infraestructura, eliminando así tareas que en la actualidad suponen una gran inversión de recursos.