La Unión Europea dedicará 43.500 millones de euros a la producción de chips

Los chips son activos estratégicos para cadenas de valor industriales fundamentales, y su escasez mundial ha forzado el cierre de fábricas en diversos sectores. En un difícil contexto geopolítico, se ha puesto de manifiesto la extrema dependencia mundial de los semiconductores de terceros países, principalmente asiáticos, ya que, según datos de la propia Comisión, Europa solo produce el 10% de la producción mundial de procesadores.

En su discurso sobre el estado de la Unión de 2021, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, fijó el objetivo de la estrategia europea sobre los chips, a fin de crear conjuntamente un ecosistema europeo de chips de vanguardia, incluida la producción, y mancomunar las capacidades de investigación, diseño y ensayo de la UE.

El objetivo es que en 2030, el 20% de los chips del mundo se produzcan en la Unión Europea, por lo que la Comisión Europea plantea un conjunto de medidas para lograrlo en su propuesta de Ley Europea de Chips, con la que quiere impulsar la producción de semiconductores.

Para ello, se movilizarán más de 43.000 millones de euros de inversiones públicas y privadas, con los que pretende que la UE disponga de las herramientas, competencias y capacidades tecnológicas necesarias para convertirse en líder en este ámbito más allá de la investigación y la tecnología en materia de diseño, fabricación y embalaje de chips avanzados, a fin de garantizar su suministro de semiconductores y reducir su dependencia.

La Comisión propone que se mancomunen los recursos de la UE, los Estados miembros y terceros países asociados a sus programas, así como el sector privado. Además, se asignarán 11.000 millones de euros para reforzar la investigación, el desarrollo y la innovación existentes; se garantizará el uso de herramientas avanzadas de semiconductores, líneas piloto para la creación de prototipos, ensayos y experimentación de nuevos dispositivos para aplicaciones innovadoras en la vida real; se formará a los trabajadores, y se fomentará una comprensión profunda del ecosistema y la cadena de valor de los semiconductores.

Otra de las medidas será crear un nuevo marco para garantizar la seguridad del suministro mediante la atracción de inversiones y la mejora de las capacidades de producción, algo muy necesario para que prospere la innovación en nodos avanzados y chips innovadores y eficientes desde el punto de vista energético. Además, se creará un Fondo de Chips para facilitar el acceso a la financiación de las empresas emergentes para ayudarlas a madurar sus innovaciones y atraer inversores. También incluirá un mecanismo de inversión de capital en semiconductores al amparo de InvestEU para apoyar a las empresas emergentes en expansión y a las pymes, e impulsar su expansión en el mercado.

Por otro lado, propone crear un mecanismo de coordinación entre los Estados miembros y la Comisión para supervisar la oferta de semiconductores, calcular la demanda y adelantarse a la escasez. Hará un seguimiento de la cadena de valor de los semiconductores recopilando información clave de las empresas para cartografiar las principales deficiencias y cuellos de botella, que permita una rápida reacción.

Según Ursula von der Leyen, “la Ley Europea de Chips será un punto de inflexión para la competitividad mundial del mercado único europeo. A corto plazo, aumentará nuestra resiliencia frente a futuras crisis, al permitirnos anticipar y evitar interrupciones de la cadena de suministro. A medio plazo, contribuirá a convertir a Europa en líder industrial en este sector estratégico. Mediante la Ley Europea de Chips aportamos las inversiones y la estrategia, pero la clave de nuestro éxito reside en los innovadores europeos, nuestros investigadores de categoría mundial, en las personas que han hecho que nuestro continente prospere a lo largo de las décadas”.