De la nube a la niebla, llega el Fog Computing
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El Fog Computing es una estructura informática descentralizada, donde los recursos, incluidos los datos y las aplicaciones, se colocan en ubicaciones lógicas entre la fuente de datos y la nube. Con esta computación se reduce la latencia, además de reducir la cantidad de datos que se envían a la nube.
Si a muchas empresas les está costando asimilar el concepto del cloud computing, ahora se está empezando a hablar del Fog Computing, un término que fue establecido por Cisco Systems, que también se conoce por los términos fogging’ y ‘fog networking’, y que hace referencia a una estructura informática descentralizada, donde los recursos, incluidos los datos y las aplicaciones, se colocan en ubicaciones lógicas entre la fuente de datos y la nube.
El objetivo es llevar los servicios analíticos básicos al borde de la red, mejorando el rendimiento al ubicar los recursos informáticos más cerca de donde se necesitan, reduciendo así la distancia que deben transportarse los datos en la red, mejorando la eficiencia y el rendimiento general de la red. El Fog computing también se puede implementar por razones de seguridad, ya que tiene la capacidad de segmentar el tráfico de ancho de banda e introducir firewalls adicionales a una red para mayor seguridad.
El Fog Computing tiene una serie de ventajas. Al agregar la capacidad de procesar los datos más cerca de donde se crean, logra crear una red con una latencia más baja y con menos datos para cargar, aumentando la eficiencia con la que se pueden procesar. También existe la ventaja de que los datos pueden procesarse en caso de que no haya disponibilidad de ancho de banda. El Fog Computing proporciona un intermediario entre los dispositivos de IoT y la infraestructura de cloud computing a la que se conectan, ya que puede analizar y procesar los datos más cerca de donde proviene, filtrando lo que se carga en la nube.
Un ejemplo de caso de uso del Fog Computing es una red eléctrica inteligente. Las redes eléctricas son bastante dinámicas, responden al aumento del consumo eléctrico y reducen la producción cuando no es necesario para ser económicas. Para funcionar de manera eficiente, una red inteligente se basa en gran medida en datos de producción y consumo eléctrico en tiempo real. El Fog Computing es ideal para esto, ya que en algunos casos los datos se crean en una ubicación remota y es mejor procesarlos allí.