Cómo afecta la llegada de 5G a las empresas

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La tecnología 5G abre un marco de telecomunicaciones nuevo que, en conjunción con otros desarrollos tecnológicos, plantea un conjunto amplio de retos y oportunidades a las empresas. El usuario ganará en inmediatez para poder requerir cambios y las empresas proveedoras de servicios deberán hacer un esfuerzo de adaptación continua.

En los próximos trimestres iremos viendo la progresiva llegada de la quinta generación (5G) de redes móviles. Si bien 2020 será un año decisivo en la implantación de esta tecnología, en 2019 se irán produciendo algunos avances importantes en su introducción.

El cambio que se aproxima permitirá, entre otras ventajas, subir y bajar datos más rápidamente, incrementar los volúmenes de información que se transmiten por las redes, mejorar la cobertura en lugares donde existen deficiencias, reducir el consumo de energía, multiplicar el número de dispositivos conectados y reducir la latencia en las telecomunicaciones. Como señala Sage, todo ello tendrá importantes repercusiones en el mundo empresarial.

Por un lado, la disminución de la latencia significa que las comunicaciones se van a producir con menos retardos, casi de manera instantánea en algunos casos. La inmediatez es muy importante en los procesos empresariales, pero la continuidad no lo es menos, y la tecnología 5G puede ayudar a incrementar sustancialmente el conjunto de dispositivos conectados. Con ello se lograría tener unos procesos mucho más controlados y regulables automáticamente.

Por otro lado, el incremento del ancho de banda permitirá el intercambio de volúmenes mucho mayores de información a través de las redes de telecomunicación. Eso dará acceso a un conjunto mucho más amplio de soluciones informáticas (que dan soporte a la actuación humana, evitando errores, supervisando actuaciones, proveyendo instrumentos de trabajo, automatizando tareas y reemplazando la actuación humana en los casos que se vea conveniente.

La mayor conectividad ha de favorecer asimismo el desarrollo de la productividad en todos los supuestos en los que el trabajo se separa del lugar de trabajo habitual, como los viajes de negocios, los proyectos compartidos entre diferentes oficinas, el teletrabajo, etc. Los empleados dispondrán de más dispositivos conectados que les permitirán controlar el desarrollo de su trabajo incluso cuando ya no están físicamente en el lugar donde lo realizaron y tendrán mejor acceso móvil a todo tipo de aplicaciones y servicios.

Finalmente, otro sector que verá muy incrementado su potencial será el de prestación de servicios a distancia. Un ejemplo claro son los grandes servidores con usuarios en cualquier parte del mundo. Pero existen muchos otros, como los profesionales. Así, cada vez será más frecuente ver cómo se supervisan aspectos de la ejecución de obras desde cualquier parte del mundo, y a médicos y cirujanos tratando pacientes en localizaciones lejanas.

Por otra parte, el avance de la tecnología 5G permitirá el empleo de nuevas generaciones de formatos de imagen y sonido, por lo que se verá muy beneficiado el desarrollo de la realidad virtual o de la realidad aumentada. Sin embargo, las empresas deben ir poco a poco preparándose para retos más complejos, como recrear experiencias táctiles u olfativas de calidad. Todos esos desarrollos serán progresivos, generando experiencias cada vez más aproximadas al objetivo pretendido. Probablemente, sea una carrera de muchos años, pero las empresas han de ir preparándose a medida que las mejoras de las redes de telecomunicación hacen posible la revolución sensorial.