Sólo el 38% de las compañías energéticas españolas se han digitalizado

En los últimos años, las organizaciones han comenzado a implantar las tecnologías digitales en sus formas de producción, contribuyendo a que sean más eficientes y aumenten su productividad. Sin embargo, en algunos sectores como la industria energética, esta transición hacia lo digital se está llevando muy lentamente. Según la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), sólo el 38% de las compañías españolas del sector energético cuenta con procesos digitalizados, mientras que apenas un 10% ha puesto en marcha los mecanismos de comunicación para adoptar las nuevas tecnologías digitales. Ante este panorama, OpenText da algunas claves para que las compañías energéticas afronten con éxito este proceso de digitalización.

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El contenido digital debe estar controlado. La información debe llevarse a un solo repositorio digital y eliminar los silos, para que el contenido pueda ser fácilmente buscado, compartido y usado a través de diferentes formatos.

Optimizar la información para que sea accesible. Este proceso consiste en agregar al contenido funciones de búsqueda avanzada, controles de seguridad para documentos sensibles y soporte para dispositivos móviles.

Añadir cambios adicionales a revisiones de contenido. Además, las notificaciones automáticas deben distribuirse cada vez que se revisen o actualicen los datos.

Integrar la información con otros sistemas. Por ejemplo, esta práctica permitiría a un empleado que lea una orden de trabajo de SAP en un dispositivo móvil obtener datos sobre la localización de una pieza de su equipo o recibir información acerca de la temperatura de su equipo para determinar si está lo suficientemente frío para poder tocarlo.

Poco a poco estamos viendo cómo algunas empresas emergentes del sector de la energía están comenzando a implementar estrategias y procesos digitales en sus modelos de producción. El objetivo es adaptar sus procesos y servicios a la forma actual en la que viven y trabajan tanto sus clientes como sus empleados. De esta forma, las compañías energéticas pueden adaptarse a la nueva era digital, facilitando y haciendo más eficiente la gestión de la información y siendo más competitivas.

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