La normativa de registro horario es de difícil cumplimiento para las pymes
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CEPYME ha constatado las dudas de este colectivo sobre la aplicación de la norma en situaciones como el teletrabajo y el trabajo por objetivos, entre otras. Las pymes manifiestan dificultades para registrar la jornada en el caso de viajes y desplazamientos por motivos de trabajo o en el caso de empresas con múltiples localizaciones.
Hace un mes entró en vigor la norma que obliga a todas las empresas a establecer un registro de jornada, con independencia del tipo de actividad que desarrollen o del número de trabajadores que tengan contratados. Pues bien, todavía sigue habiendo numerosas e importantes dudas sobre su aplicación. Así lo constata la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), que alerta de las dificultades que están teniendo las pymes para adaptarse a esta norma.
CEPYME ha constatado las dudas de las pequeñas y medianas empresas sobre aspectos relacionados con la aplicación del registro de la jornada laboral en situaciones como el teletrabajo; el trabajo por objetivos; el trabajo intelectual; los trabajadores que no necesitan acudir con regularidad al centro de trabajo; comerciales; y trabajadores que prestan sus servicios en el domicilio del cliente. Asimismo, las pymes manifiestan las dificultades para registrar la jornada en el caso de viajes de trabajo, comidas con clientes, desplazamientos por motivos de trabajo o en el caso de empresas con múltiples localizaciones y en distintos usos horarios.
La Confederación detecta también una importante incertidumbre en torno a cómo se compatibiliza la aplicación de la norma con situaciones como el establecimiento de jornadas irregulares recogidas en algunos convenios; la flexibilidad para conciliar la vida laboral y personal o acuerdos puntuales de prolongación de la jornada laboral, que se compensan en momentos valle de la actividad de la empresa. Además, señala que la obligación formal de llevar a cabo el registro de la jornada laboral va contra los procesos renovadores de la gestión de los recursos humanos en las empresas, basados en la confianza y la implicación de los trabajadores.
Para CEPYME, esta norma introduce una obligación desproporcionada, cuyo incumplimiento se considera una infracción grave, con multas para la empresa, y supone unos elevados costes para las mismas, especialmente gravosos en el caso de las pymes, derivados tanto de la inversión económica necesaria para implantar las herramientas precisas para llevar a cabo el control horario, como de la carga de trabajo para los pequeños empresarios derivada de este nuevo requerimiento.