Las empresas mejoran en competitividad digital

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El Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) de este año revela que la inversión selectiva y unas políticas digitales sólidas, como el despliegue de la banda ancha ultrarrápida en España, están teniendo un impacto significativo. Un número creciente de empresas utiliza servicios en la nube y las redes sociales.

La Comisión Europea ha publicado los resultados del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) correspondiente a 2019, que hace un seguimiento de los avances de los países de la UE en su competitividad digital. Según los resultados, el hecho de que las mayores economías europeas no estén a la vanguardia en este campo apunta a la necesidad de acelerar la transformación digital para que la UE siga siendo competitiva a escala mundial.

Para Andrus Ansip, vicepresidente responsable del Mercado Único Digital, “urge aplicar nuevas normas que impulsen la conectividad, la economía de los datos y los servicios públicos digitales, y ayuden a los Estados miembros a dotar a los ciudadanos de competencias digitales adaptadas al mercado laboral moderno”.

Las cifras del DESI de los últimos cinco años ponen de manifiesto que la inversión selectiva y unas políticas digitales sólidas pueden tener un impacto significativo en los resultados de cada país. Es el caso, por ejemplo, de España, las políticas se han centrado en el despliegue de la banda ancha ultrarrápida. Pero, pese a que la conectividad ha mejorado, sigue siendo insuficiente para hacer frente al rápido aumento de las necesidades.

Los indicadores del DESI muestran que la demanda de banda ancha rápida y ultrarrápida va en aumento y se espera que siga elevándose en los próximos años, habida en cuenta de la creciente sofisticación de los servicios de internet y de las necesidades de las empresas. La conectividad ultrarrápida de al menos 100 Mbps está disponible en el 60% de los hogares, mientras se incrementa el número de abonados a banda ancha. El 20% de los hogares utilizan banda ancha ultrarrápida, lo que representa un número cuatro veces superior al de 2014.

Más de un tercio de los europeos que integran la mano de obra activa carece de competencias digitales básicas, a pesar de ser el mínimo exigido para la mayoría de los puestos de trabajo, y solo el 31% posee competencias avanzadas como usuarios de internet. Al mismo tiempo, hay una mayor demanda de competencias digitales avanzadas en toda la economía, con demuestra el aumento de las contrataciones de especialistas en tecnologías de la información y las comunicaciones en la UE.

Por otra parte, aunque empresas se van digitalizando, el comercio electrónico se desarrolla a un ritmo lento. El porcentaje de pymes que venden sus productos y servicios online se ha estancado en el 17% en los últimos años. Un número creciente de empresas utiliza servicios en la nube (18% frente al 11% en 2014) y las redes sociales para interactuar con sus clientes y otras partes interesadas (21% frente al 15% en 2013).