Falsos mitos en torno al comercio electrónico

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La percepción de que comprar online no es seguro, ni fácil, ni fiable, ha favorecido y perpetuado miedos que no tienen ninguna base real, haciendo que casi un 30% de la población internauta en España rehúse al canal online a la hora de hacer sus compras. Los avances en seguridad hacen que estos miedos sean injustificados.

En la actualidad, el 71% de los internautas españoles compra por Internet de forma habitual, según las cifras aportadas por IAB Spain. Este porcentaje, que se mantiene estable prácticamente desde 2018, pone de manifiesto que todavía existe una importante parte de la población internauta en España que rehúsa al canal online a la hora de hacer sus compras. PaynoPain, señala que detrás de este casi 30% están falsos mitos que se han extendido sobre los peligros del ecommerce. Existen fundamentalmente tres mitos falsos sobre el comercio online, insostenibles desde el punto de la vista de la tecnología:

--Pagar con tarjeta de débito o crédito no es seguro. La falsa sensación de seguridad asociada al plástico es uno de los principales frenos para comprar online e, incluso, este nivel de desconfianza también se extiende, en algunos casos, al comercio físico. Muchos usuarios creen que el dinero físico les permite tener un mayor control. Pero se trata solo de una percepción ya que, una tarjeta robada puede bloquearse en cuestión de segundos mientras que, cuando hablamos de dinero en efectivo, es prácticamente imposible de recuperar.

--Las compras online son difíciles de realizar. Hay usuarios que, principalmente por falta de experiencia, consideran que son incapaces de realizar una compra en línea. Aunque es cierto que, en los albores del ecommerce, las webs eran muy rudimentarias y no se cuidaba la experiencia del usuario, hoy la accesibilidad y la usabilidad de las plataformas de ecommerce hacen que este miedo sea infundado.

--Las compras internacionales son menos fiables que las nacionales y los productos se suelen perder. La falta de experiencia en el terreno del ecommerce alimenta el miedo al fraude de los usuarios menos habituados a esta práctica. Un círculo vicioso que se retroalimenta y se acentúa cuando se trata de webs que se localizan fuera del país del usuario y cuando éste no tiene información constante acerca de en qué estado se encuentra su pedido.

Hoy el cliente online cuenta con un robusto marco normativo que le protege: los sitios web tienen la obligación de aceptar la devolución de un pedido sin coste para el usuario en los 14 días naturales posteriores a su recepción y de ofrecer la misma garantía que cualquier otro producto nuevo que se adquiera offline.

Además, el hecho de que la calidad y la rapidez en la entrega del pedido se hayan vuelto variables críticas para la rentabilidad del sitio y de la experiencia de compra, ha favorecido que las tiendas online ‘cuiden’ que el cliente reciba información en todo momento sobre el pedido y que pongan a su disposición múltiples puntos de contacto: teléfono, email, redes sociales, etc. En este escenario, se reducen drásticamente las posibilidades de ser víctima de fraude o de no recibir un producto. No obstante, si se diera el caso, el cliente siempre recupera el importe íntegro de la compra.

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