La inversión del mercado español en infraestructura digital superará los 3.800 millones de euros en 2026
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El 65% de los compradores de tecnología priorizarán los modelos de consumo como servicio para las adquisiciones de infraestructura. Las compañías no solo están trasladando sus cargas de trabajo desde entornos on-premise a la nube pública, sino que también buscan múltiples opciones de nube, ya sea pública, privada, híbrida, multinube o contenedores.
Los modelos operativos en la nube continúan siendo el enfoque predominante entre las organizaciones españolas en 2023, fundamentalmente por la relevancia que representan en las iniciativas de transformación digital. De hecho, según el estudio “Technology Spotlight: almacenamiento digital como habilitador de la competitividad de las organizaciones” de IDC España, patrocinado por Evolutio, la inversión del mercado español en infraestructura digital superará los 3.800 millones de euros en 2026.
En relación con el resto de países europeos, España se sitúa 10 puntos por encima de la media en el uso de arquitecturas de nube híbrida, lo que se traduce en que el uso de la infraestructura como servicio supondrá el 39% del mercado nacional en 3 años. En este sentido, IDC predice que, para 2026, el 65% de los compradores de tecnología priorizarán los modelos de consumo como servicio para las adquisiciones de infraestructura, con el fin de ayudar a contener el crecimiento del gasto en TI y cubrir las carencias de talento del sector.
Uno de los principales retos que tienen que asumir las corporaciones a la hora de gestionar las infraestructuras digitales tiene que ver con la ingente cantidad de datos que las empresas se ven obligadas a manejar. De hecho, el volumen de datos generados en los próximos cinco años será al menos el doble de los generados en los últimos 10 años. La proporción de estos datos consumidos en el ámbito empresarial es creciente. Así, en 2016, el 50% correspondían a empresas y en el 2026 se estima que supondrán el 70% del total. Como consecuencia de esto, las compañías no solo están trasladando sus cargas de trabajo desde entornos on-premise a la nube pública, sino que también buscan múltiples opciones de nube, ya sea pública, privada, híbrida, multinube o contenedores, en función de sus requerimientos operativos y regulatorios.
Para las compañías es fundamental lograr una política de gestión de costes en la nube que esté alineada con sus estrategias empresariales, por lo que la implementación de capacidades FinOps y CloudOps se ha vuelto muy importante.
El almacenamiento como pilar fundamental
De cara a los próximos años y debido a la expansión del universo digital y su impacto en la infraestructura de las empresas, el almacenamiento se presenta como uno de los pilares fundamentales en los que fijar la estrategia digital y es percibido más como un habilitador que como una barrera por parte de las compañías. Así, un 65% de las organizaciones esperan aumentar la inversión en almacenamiento en 2023. Estas inversiones ayudarán a las organizaciones a mejorar la seguridad de sus datos, obtener acceso flexible y escalable al almacenamiento, reducir costes y aumentar la eficiencia operativa.
Además, debido al auge de aplicaciones basadas en contenedores en la infraestructura de nube híbrida, se ha logrado una mayor flexibilidad, eficiencia y agilidad en el despliegue y gestión de aplicaciones en entornos distribuidos. De hecho, las organizaciones encuestadas en este estudio estiman que en el próximo año más de la mitad de sus cargas de trabajo se ejecutarán en contenedores.
Según concluye IDC, se ha determinado que el enfoque preferido por las organizaciones para la infraestructura de almacenamiento es el multicloud híbrido. Esta tendencia ha generado una creciente demanda de mejoras continuas en los sistemas de administración de nubes múltiples, con el objetivo de ayudar a las empresas a supervisar, mantener y unificar sus entornos de almacenamiento que puedan estar geográficamente en lugares remotos.