2025, el año de transición para la implantación de la facturación electrónica en pymes y autónomos

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2025 marcará un momento especial para autónomos y pymes: será el curso de transición antes de la implantación de la facturación electrónica obligatoria. Una iniciativa que impone a partir de 2026 una práctica a la que deberán adaptarse miles de empresas para eludir las sanciones establecidas.

La facturación digital bebe de dos leyes: la mencionada Ley Antifraude, que obliga a este colectivo a compartir esos datos con Hacienda desde la mencionada fecha con el ánimo de combatir el fraude fiscal; y la  Ley Crea y Crece, que persigue la digitalización del tejido productivo y empresarial, especialmente para pequeñas, medianas o micro empresas. 

Por eso 2025 va a ser un ejercicio capital para autónomos y pymes: porque muchos empresarios en España tendrán que acelerar su transición digital. Algo que va a exigir un esfuerzo colectivo tanto a administraciones públicas como al sector privado: según el último informe de TeamSystem elaborado en colaboración con Materia Prima tras consultar con 1.200 autónomos, micropymes y asesorías en nuestro país, el  69% de los autónomos y el 45% de las micropymes siguen facturando a mano, lo que conlleva tiempo y errores. 

Lo anterior se traduce en pérdidas superiores a los 3.600 millones de euros al año para los autónomos, una de las causas por las que este colectivo se encuentra a la cola de la productividad en la Unión Europea. De ahí la necesidad de informar, divulgar y concienciar sobre la adaptación tecnológica. 

Según el documento que ya está en fase de consulta pública (la fase justo anterior a la publicación definitiva de la norma), las fechas exactas para la introducción del nuevo sistema electrónico son el 1 de enero de 2026 para pymes y resto empresas, y el 1 de julio de 2026 para autónomos. 

Kit Digital hasta 2025

2026 será el año, pues, en el que tendrá que remitirse la facturación electrónica al fisco, por lo que se recomienda a las empresas que comiencen a anticiparse y a adaptarse progresivamente a la nueva normativa.

Para conseguir esta adaptación, desde Billin se propone a todo el segmento empresarial acudir a las ayudas que marca el Kit Digital; son ayudas incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que concluyen en octubre de 2025 para incorporar a los negocios un software de facturación que posibilite que la digitalización de la factura salga prácticamente gratis. 

En este terreno, el de la concienciación empresarial a partir de una información rigurosa, los autónomos nacionales tienen aún mucho camino por recorrer, ya que no llega al 23% el porcentaje de autónomos que ha pedido esta ayuda a lo largo de sus distintas convocatorias, que arrancaron en 2022. 

Transición en la lucha antifraude
El Kit Digital tiene como objetivo promover la digitalización de pequeñas empresas, microempresas y autónomos/as, además de contribuir a modernizar el tejido productivo español. Los trabajadores por cuenta propia y empresas de menos de 50 empleados pueden solicitar hasta el 31 de diciembre de 2024 las ayudas del Kit Digital y optar a bonos digitales de 2000, 6.000 o 12.000 euros, en función del segmento al que pertenezcan. No obstante, ese plazo se amplía para microempresas con menos de 3 trabajadores y a los autónomos, que cuentan hasta el 31 de octubre de 2025 para solicitar un bono digital de 3.000 euros.