Solo el 40% de las pymes españolas ha dado el paso hacia la factura electrónica
©Freepik
A un año de la Ley Crea y Crece, el tejido empresarial español muestra avances desiguales en la digitalización. Las pymes lideran la adopción, pero microempresas y autónomos siguen rezagados. El comercio es el sector con menor cumplimiento.
A poco más de un año de la entrada en vigor de la Ley Crea y Crece, solo el 40% de las pequeñas y medianas empresas españolas ha implementado la factura electrónica, según el II Informe de Pymes y Autónomos de España elaborado por Hiscox. Esta ley, impulsada por el Gobierno, busca simplificar los trámites administrativos, reducir errores y fomentar la modernización empresarial. Sin embargo, los datos revelan que la transición digital está lejos de ser homogénea.
David Heras, director general de Hiscox España y Portugal, subraya que “la Ley Crea y Crece representa un cambio estructural en la forma en que las empresas gestionan sus operaciones y cumplen con sus obligaciones fiscales”. Aunque reconoce que la adopción progresa, advierte que “se está llevando a cabo a distintas velocidades”.
El informe evidencia diferencias significativas en la adopción de la factura electrónica según el tamaño y nivel de profesionalización de las empresas. Las pymes lideran el proceso con un 63% de adopción, mientras que el 37% continúa operando con sistemas tradicionales.
Las microempresas muestran un avance intermedio, con un 46% que ha completado la transición y un 53% aún pendiente, mientras que las empresas sin asalariados: son el colectivo más rezagado, con solo un 34% de implementación frente a un 65% que sigue sin adaptarse.
Esta disparidad refleja no solo diferencias en recursos tecnológicos, sino también en capacidades organizativas y acceso a asesoramiento especializado. Según Heras, las empresas más estructuradas han sabido aprovechar los beneficios de la digitalización, mientras que los autónomos y microempresas enfrentan mayores dificultades. “La clave para avanzar no es solo cumplir con la normativa, sino reconocer que la digitalización es una palanca estratégica para mejorar la competitividad, la eficiencia operativa y la sostenibilidad del tejido empresarial”, concluye.
Luces y sombras
El análisis sectorial también revela contrastes importantes. Industria presenta un grado de cumplimiento moderadamente positivo, con un 52,5% de empresas que ya utilizan factura electrónica. Comercio muestra un rezago más pronunciado, donde el 60% de las empresas aún no ha adoptado sistemas electrónicos de facturación.
Estos datos son especialmente relevantes considerando que ambos sectores concentran una parte significativa del tejido productivo nacional. La falta de homogeneidad en la digitalización podría afectar la competitividad y eficiencia de las cadenas de valor.
El informe de Hiscox deja claro que aún queda mucho por hacer. La falta de formación, el coste de adaptación tecnológica y la resistencia al cambio son algunos de los obstáculos que enfrentan las empresas más pequeñas. Para acelerar la transición, será clave el apoyo institucional, la simplificación de herramientas digitales y la creación de incentivos específicos.