El Kit Digital encara su recta final

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Hasta el 31 de octubre, autónomos y microempresas del segmento III pueden solicitar ayudas de hasta 3.000 euros. Aunque 750.000 compañías ya han pedido su bono, muchas aún están a tiempo de solicitarlo y multiplicar los beneficios.

La cuenta atrás ya está en marcha: el Programa Kit Digital encara sus últimos días y los autónomos y micropymes todavía están a tiempo de aprovecharlo. Más allá de la ayuda económica, este cierre ofrece la posibilidad de ampliar esta ayuda con soluciones digitales que generan un mayor impacto impulsando así la competitividad de la pyme.

El cierre del Kit Digital marca también una advertencia: es poco probable que en el corto plazo exista otro programa de ayudas de esta magnitud, financiado con fondos europeos y con un proceso tan simplificado.

Los analistas coinciden en que, con la finalización de este plan, las pymes y los autónomos deberán enfrentarse por sí mismas al reto de adaptarse a un mercado cada vez más competitivo, en el que la presencia online y la seguridad digital ya no son opcionales, sino una condición de supervivencia empresarial. De ahí la insistencia de los expertos en aprovechar este “último tren” hacia la digitalización. “Estamos ante una oportunidad irrepetible para muchos pequeños negocios; los que no den el paso ahora difícilmente volverán a encontrar en el corto plazo unas ayudas tan cuantiosas, variadas y accesibles para ponerse al día en el terreno digital”, asegura el CEO de Cosmomedia.

 

Optimizar todo lo que se pueda el bono

En esta fase final, las ayudas están dirigidas únicamente a autónomos y micropymes de menos de tres empleados, un perfil con necesidades muy concretas. Independientemente de la solución puesto de trabajo seguro, la pequeña empresa solo tiene 2.000 euros para invertir en su digitalización, lo que le impide crear un ecosistema digital funcional. No se trata de tener solo “una página web” sino de disponer de una presencia digital más completa, incluyendo redes sociales, posicionamiento o ciberseguridad.

Un aspecto importante es mirar la continuidad del servicio digital que se contrate, sobre todo para poderlo mantener y mejorar más allá del año que cubre la subvención del Programa Kit Digital. El verdadero potencial del Kit está en pensar en lo que vendrá después: soluciones que ayuden a analizar datos, mejorar la relación con clientes o posicionarse de manera digital, abriendo, por ejemplo, nuevos mercados.

El proceso de solicitud puede resultar lento y el tiempo apremia. Por eso, la clave es derivar las gestiones a un agente digitalizador que además actúe de representante voluntario y pueda gestionar la solicitud con rapidez y experiencia. Además de tramitar la ayuda, puede asegurarse que se cumplan todos los requisitos, ya que también desarrolla la solución digital y prepara las justificaciones.

Es clave contar con un agente digitalizador que no solo domine las soluciones tecnológicas, sino que también entienda la realidad de estas pequeñas empresas: su forma de trabajar, sus tiempos y prioridades. Esta especialización permite que la implantación digital sea más ágil, realista y efectiva, garantizando que la ayuda se traduzca en mejoras prácticas y sostenibles para el negocio.

Uno de los grandes aprendizajes del programa ha sido la concienciación sobre la ciberseguridad. En este sentido, algunos agentes digitalizadores están yendo más allá de los servicios básicos, favoreciendo el análisis y prevención para que los autónomos sepan en qué aspectos mejorar antes de que llegue el ciberataque.